Caso Natalia sigue trámite difícil
El caso de la bailarina Natalia Muñoz, asesinada en marzo de 2009, sigue un trámite difícil en su etapa de declaración de testigos, mientras la acusación y la defensa extreman recursos para lograr su objetivo.
La pasada semana, Roxana Muruchi, madre de la joven Natalia Muñoz, asesinada en marzo de 2009, relató al Tribunal de Sentencia que la última vez que vio a su hija fue el 7 de marzo de 2009, un día antes de su trágica desaparición. Muruchi, en la audiencia de juicio oral no pudo contener lágrimas y provocó interrupciones en sus respuestas ante los fiscales y abogados.
Dijo que el último encuentro con su hija, fue el sábado 7 de marzo de 2009, en la plazuela Tarija, donde le dio un monto de dinero para que compre toallas higiénicas y estaba en una motocicleta con su hermana Carla, yendo a encontrarse con sus amigas.
Murichi ante las preguntas de la fiscal Beth Vázquez, comentó que la familia se negaba a la relación entre su hija y el único imputado, Luis Fernando Palacios, porque éste era mayor en edad y no tenía un trabajo.
Natalia vivía en la casa de su padre desde sus nueve años, según relató la madre que es divorciada de Juan Carlos Muñoz, pero dijo que mantenían comunicación permanente.
El 8 de marzo, a las 10:00 aproximadamente, dijo que llamó al celular de Natalia para despertarla porque los domingos dormía hasta tarde, pero el celular estaba apagado, llamó al teléfono fijo de la casa de su padre, pero le respondió la hermana menor, Carla indicando que Natalia no estaba en su cuarto.
Entonces llamó al padre, Juan Carlos Muñoz, porque él daba los permisos de salida, pero la respuesta fue que la noche anterior la vio en la discoteca Menphis con sus amigas.
La madre relató que Adriana, una de las amigas con quien estaba Natalia la noche del 7 de marzo, dijo que Luis Fernando la llamó indicándole que quería despedirse porque se iba a Oruro, conversación que escucharon por el altavoz del celular y Natalia habría accedido.
El mismo 8 de marzo, en busca de la joven fueron a la academia de baile de Palacios, pero no la encontraron y éste dijo que no la vio.
Muruchi acusó a Fernando de manipular a su hija.
FISCALÍA Y DEFENSA DISCREPAN
Para la fiscal Beth Vázquez, Muruchi con su declaración demostró que la relación sentimental entre Natalia y Fernando era muy conflictiva y sostiene que aportó con otros elementos que prueban la existencia del hecho, la muerte violenta de Natalia y que Palacios es el autor.
Johann Echavarría, abogado del padre de Natalia, dijo que Muruchi, basada en las declaraciones de las amigas de su hija, ratificó el hecho que Fernando llamó a su hija la noche del 7 de marzo, previo a su desaparición, según la versión de sus compañeras.
Sin embargo, Eduardo González, abogado defensor de Palacios, dijo que la testigo Roxana Muruchi, sólo intentó conmocionar al Tribunal de Sentencia sin mostrar disponibilidad para aclarar la verdad y oculta algunas cosas alegando no recordar porque estaba ofuscada en ese momento, pero sí recordaba otros detalles.
González dijo que la declaración fue armada y no aportó elementos objetivos, sino sólo referenciales.
"Cuando el Tribunal haga una valoración de los extractos de las llamadas de esos días, podrá percatarse de que Muruchi, llamaba a su hija muchas veces, sobre todo la llamaba todos los fines de semana porque al parecer ella se perdía. Eso puede verse en los extractos de llamadas, entre el lunes y jueves no la llamaba, pero sí a partir del jueves a domingo lo que demuestra la conducta de la hija", dijo el abogado.
La pasada semana, Roxana Muruchi, madre de la joven Natalia Muñoz, asesinada en marzo de 2009, relató al Tribunal de Sentencia que la última vez que vio a su hija fue el 7 de marzo de 2009, un día antes de su trágica desaparición. Muruchi, en la audiencia de juicio oral no pudo contener lágrimas y provocó interrupciones en sus respuestas ante los fiscales y abogados.
Dijo que el último encuentro con su hija, fue el sábado 7 de marzo de 2009, en la plazuela Tarija, donde le dio un monto de dinero para que compre toallas higiénicas y estaba en una motocicleta con su hermana Carla, yendo a encontrarse con sus amigas.
Murichi ante las preguntas de la fiscal Beth Vázquez, comentó que la familia se negaba a la relación entre su hija y el único imputado, Luis Fernando Palacios, porque éste era mayor en edad y no tenía un trabajo.
Natalia vivía en la casa de su padre desde sus nueve años, según relató la madre que es divorciada de Juan Carlos Muñoz, pero dijo que mantenían comunicación permanente.
El 8 de marzo, a las 10:00 aproximadamente, dijo que llamó al celular de Natalia para despertarla porque los domingos dormía hasta tarde, pero el celular estaba apagado, llamó al teléfono fijo de la casa de su padre, pero le respondió la hermana menor, Carla indicando que Natalia no estaba en su cuarto.
Entonces llamó al padre, Juan Carlos Muñoz, porque él daba los permisos de salida, pero la respuesta fue que la noche anterior la vio en la discoteca Menphis con sus amigas.
La madre relató que Adriana, una de las amigas con quien estaba Natalia la noche del 7 de marzo, dijo que Luis Fernando la llamó indicándole que quería despedirse porque se iba a Oruro, conversación que escucharon por el altavoz del celular y Natalia habría accedido.
El mismo 8 de marzo, en busca de la joven fueron a la academia de baile de Palacios, pero no la encontraron y éste dijo que no la vio.
Muruchi acusó a Fernando de manipular a su hija.
FISCALÍA Y DEFENSA DISCREPAN
Para la fiscal Beth Vázquez, Muruchi con su declaración demostró que la relación sentimental entre Natalia y Fernando era muy conflictiva y sostiene que aportó con otros elementos que prueban la existencia del hecho, la muerte violenta de Natalia y que Palacios es el autor.
Johann Echavarría, abogado del padre de Natalia, dijo que Muruchi, basada en las declaraciones de las amigas de su hija, ratificó el hecho que Fernando llamó a su hija la noche del 7 de marzo, previo a su desaparición, según la versión de sus compañeras.
Sin embargo, Eduardo González, abogado defensor de Palacios, dijo que la testigo Roxana Muruchi, sólo intentó conmocionar al Tribunal de Sentencia sin mostrar disponibilidad para aclarar la verdad y oculta algunas cosas alegando no recordar porque estaba ofuscada en ese momento, pero sí recordaba otros detalles.
González dijo que la declaración fue armada y no aportó elementos objetivos, sino sólo referenciales.
"Cuando el Tribunal haga una valoración de los extractos de las llamadas de esos días, podrá percatarse de que Muruchi, llamaba a su hija muchas veces, sobre todo la llamaba todos los fines de semana porque al parecer ella se perdía. Eso puede verse en los extractos de llamadas, entre el lunes y jueves no la llamaba, pero sí a partir del jueves a domingo lo que demuestra la conducta de la hija", dijo el abogado.
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