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Asesinaron a balazos a Pimpi, ex jefe de la barra brava de Newell´s

Roberto “Pimpi“ Camino, fue baleado y abandonado en el hospital rosarino Carrasco

El cuerpo sin vida fue abandonado esta madruga en las puertas del Hospital Carrasco. Presentaba entre cinco balazos. Los médicos hiceron lo posible para salvar su vida, pero fue en vano. Minutos antes del asesinato, el ex barra brava de Newell´s estaba en un bar de Servando Bayo al 1400 y allí lo ultimaron.

El cuerpo del ex titular del barrabrava del club Newell´s Old Boys fue abandonado cerca de las 6 en el hospital Carrasco por un grupo de personas que huyó del lugar en un vehículo importado color gris. Presentaba varios disparos de arma de fuego, uno de ellos, en la cabeza.

Roberto "Pimpi" Camino fue asesinado esta madrugada a balazos. El cuerpo fue abandonado en el hospital Carrasco con varios impactos de bala en el cuerpo. La policía investiga a los autores del hecho.

El ex titular de la barrabrava del club Newell's Old Boys fue atacando mortalmente a balazos este viernes. Un grupo de personas que circulaba en un auto BMW plateado dejaron su cuerpo en el Hospital Carrasco y huyeron del lugar. Previa pelea con médicos y policías del efector público.

El ex barra brava de Newell´s estaba hoy a la madrugada, alrededor de la cinco, en un bar llamado Ezeiza ubicado en Servando Bayo 1484. Al lugar llegaron cuatro personas que sacaron a Camino del local y en el frente del negocio lo ultimaron. Personal de balística y criminalística están en el lugar para determinar el modo operandi y el móvil del asesinato. Hubo rastros de sangre que ya han sido lavados, pero de todas formas buscan la manera de encontrar algún dato importante.

Según fuentes policiales, confirmaron a 30noticias.com.ar, el cuerpo recibió cinco disparos, algunos en las piernas, otros en el toraz y el último fue dirigido hacia la cabeza, asesinándolo a quemarropa.

Los familiares de Camino aseguran que desde hace días lo venían siguiendo un grupo de personas que desconocen quiénes son. Pero no descartan la posibilidad de que sean los asesinos del ex barra brava.

El largo adiós

En la tarde de ayer, el Fonavi de la calle Alice se vistió de luto. En la planta baja, y a pocos metros del santuario que alberga al Gauchito Gil, que hizo levantar el propio Pimpi, sus restos comenzaron a ser velados. Los vecinos de la zona se apuraban a llegar primero al lugar, y en pocos minutos una verdadera multitud se congregó para despedirse del hombre fuerte del barrio. Pero después, con el paso de las horas, todo se fue calmando.

De todos modos, los familiares de Pimpi buscaban ayer que Chamí, el hijo del barrabrava que está preso sospechado de homicidio, fuera autorizado por la Justicia para despedir a su padre. Pero al cierre de esta edición el chico aún no había sido llevado al velorio por cuestiones de seguridad, aunque todo hacía suponer que concurrirá al entierro en medio de un fuerte operativo de seguridad.

Palabra de los familiares

Alberto Camino, hermano del Pimpi, sostuvo: “Hoy nos tocó a nosotros, le tocó a mi hermano. Hace muy poco le tocó al chico ése de 15 años, Cáceres, yo no te puedo contar nada porque no estaba”, aseveró sobre el crimen del adolescente que ocurrió a mediados de febrero, en una emboscada contra los hinchas rojinegros que venían de ver el partido con Huracán, a la entrada de Rosario, frente a barrio Las Flores.

“Mi hermano venía siendo perseguido por personas de la Justicia. Como él lo denunció en su momento. Tampoco le voy a echar la culpa a la Policía, ni a los que están en la cancha ahora, porque como sospechar puedo sospechar de cualquiera”, agregó.

“No hay ningún motivo, o puede haberlo, o a alguien le molestamos. Incluso yo ahora estoy yendo a la iglesia y les sigo molestando. Como el Chaperito (en referencia al ex barrabrava de Central) que mataron también como a un perro. Y así es como lo mataron a mi hermano, como a un perro”, aseveró.

“Ayer (por el jueves) lo vi cansado y agotado porque recibía amenazas y era seguido. No hablamos mucho, porque era una persona muy cerrada. Le decían que lo iban a matar. Yo escuché un montón de veces que me iban a matar. Pero hoy me siento libre, yo confío en Dios. Soy humano, no soy perfecto, el único perfecto fue Jesús. Ahora si yo tengo que reaccionar por esto, ¿qué tengo que hacer?, tengo que romper mi promesa con Dios”, se preguntaba Tato Camino que desde hace un tiempo profesa la religión evangélica.

En alerta

Por su parte, el abogado de Pimpi, Carlos Varela, dijo que hace unos días que Camino le había advertido que vehículos particulares lo seguían. “Ayer (por el jueves) me reuní con él y me manifestó que se había recrudecido esa situación. Habíamos resuelto presentar hoy (en referencia a ayer) un hábeas corpus y una denuncia para que se investigue eso que estaba pasando. Pimpi tenía la sospecha de que era personal de seguridad, la Policía. Pero la idea era plantearlo y que la Justicia investigara”, aseguró.

Varela relató que los familiares de Camino están muy afectados. “La información que he podido recabar indica que un grupo de personas lo atacó. Fue con más de cinco disparos. Fueron siete. Hay dos personas por lo menos demoradas. Una de ellas es el que gerenciaba el bar Ezeiza, y están tras los pasos de al menos otra persona”, indicó.

“La semana próxima vamos a constituirnos como querellantes para colaborar en la investigación, tengo mucha confianza en el doctor (Javier) Beltramone”, indicó el abogado.

“Yo pretendo que así como se investigó a Roberto Camino, que no se escatimó ni esfuerzo ni dinero para procurar atraparlo, espero que ahora se ponga el mismo esfuerzo para averiguar la verdad y capturar al responsable de este hecho”, dijo Varela.

Sicario sin hombría

En tanto, la esposa de Pimpi fue clara: “Quiero decirle a la persona que mató al padre de mi hijo que no es de hombre matar a una persona que no tenga nada en la cintura. A mi marido lo mataron por medio. Por unos medios. Nada más”, sostuvo ayer la esposa del Pimpi, antes de golpear a una mujer que la estaba molestando, acto que continuó con varios golpes entre las dos mujeres.

Mientras, Rosa, una de las hermanas de Camino, no logró disimular su bronca: “Son todos unos hijos de puta porque mi hermano era un estorbo. Mi hermano se fue pero quedamos nosotros que también tenemos lengua”, dijo.

“El periodismo sabe a quién le estorbaba. A todo el mundo, a la Policía. No sé quién lo mató, porque yo no estaba, pero esto a la larga o a la corta se sabe. Y así es como se encargaron de defenestrarlo, dijeron que era un asesino y todo por un crimen que mi hermano pagó cuando tenía 18 años; siempre con lo mismo, que era un asesino, que había estado preso por asesino”, sostuvo la mujer.

“Mi hermano se lo dijo a (Luis Alberto) Yorlano, esto era una rueda, de arriba para abajo y de abajo para arriba. La Policía es la que está metida en todo esto”, aseguró.

“Era un hombre con códigos mi hermano y el que lo hizo matar, así va terminar, hijo de puta”, agregó Rosa sin eufemismos.

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