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Padre mata a asesino de su hijo

Policías levantan evidencias del lugar del crimen, ayer

“Tú mataste a mi hijo”, fue lo último que escuchó Jorge Alberto Guzmán Carvalho (28) antes de que las ocho balas atravesaran su cuerpo en una acera de la céntrica calle San Martín esquina Bolívar, cerca de las 17:00 de ayer. Como el pavor y la sorpresa causaron caos y congestión en el lugar, el hombre del arma echó un grito para que todos supieran las razones: “Soy el papá de Álex Arteaga y éste es el asesino de mi hijo”.

Era la voz de Eduardo Arteaga Maldonado (56), militar retirado, que mostraba triunfal el cuerpo en el suelo, según contaron los testigos. El 9 de marzo de 2007, su hijo Álex murió víctima de varios tiros efectuados desde un vehículo en movimiento en la calle España. Y ayer moría también el hombre que presuntamente hizo esos tiros.

Desde hace tres meses, Guzmán estaba libre fruto de la retardación de justicia a pesar de que hace un año el Tribunal de Sentencia III de la Corte de Justicia de Cochabamba lo condenó a 18 años de prisión en la cárcel de El Abra. Ayer, tenía lugar una audiencia de apelación en la misma Corte, en la calle San Martín, para que vuelva a la cárcel, pero el recurso fue desestimado, según fuentes cercanas al caso.

A la salida de la audiencia, ocurrió la balacera. Guzmán y su abogada, Rocío Peñaranda, se iban por la calle San Martín. Cuando habían avanzado una cuadra Eduardo Arteaga interceptó al hombre junto a una tienda de computadoras.

Quedaron frente a frente. El padre sacó una pistola de su maletín y le disparó. “Cuando lo vio en el suelo, le siguió disparando hasta llenarlo de balas”, narró un universitario. “¿Por qué mataste a mi hijo?”, repetía el hombre, y disparaba otra vez. “Quería darle en sus partes, pero ya no había municiones. Entonces se puso a bailar de gozo”, contó otro testigo. “Bailaba como la diablada”, después de acribillarlo, relató una mujer. Quiso cargar otra vez le lanzaron ladrillos de una obra para que se detenga, dijo un transeúnte, que filmó los últimos instantes de vida de la víctima con un celular.

“El paco (policía) del banco corrió rapidito”, estaba a menos de una cuadra y fue el primero en llegar. Él y un universitario vieron que Eduardo Arteaga quería escapar. “Yo le dije ‘no escape’”, relató el estudiante. El policía le gritaba: “¡Al suelo, al suelo…!”.

Alrededor se juntaba la gente y el tráfico se tornaba caótico. Desde el Comando, a tres cuadras del lugar, acudieron más policías.

“Le han preguntado las personas ‘¿por qué hace eso?’. Y él decía ‘él ha matado a mi hijo’”. Arteaga guardó el arma en el maletín y “levantó sus manos, se entregó. Después, unas señoras lo empezaron a patear y le gritaban ‘¡asesino, asesino!’”.

Su víctima permanecía botada en el asfalto, con el tórax, el abdomen y las rodillas perforadas por las balas, de una pistola calibre nueve milímetros, confirmó el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Julio Miranda.

Unos médicos de la Caja Petrolera, cerca del lugar, socorrieron a la víctima con maniobras de resucitación. Evacuaron a Guzmán en una ambulancia. Junto a él iba su abogada y paisana beniana. Aún respiraba camino al hospital Viedma, pero fue imposible salvarle la vida. Murió en el centro médico a causa de una hemorragia interna, agregó el informe de la Felcc.

En tanto, Arteaga fue llevado detenido a la Felcc, acusado de homicidio en primer grado. En la San Martín, los jóvenes intercambiaban imágenes del crimen por celular. El tráfico se disputaba un carril con una barrera de policías y la Felcc reunía evidencias.

Drama familiar

Crimen

Jorge Alberto Guzmán (28) era acusado de asesinar a Álex Arteaga

En libertad
Tenía condena de 18 años, pero estaba libre desde hace tres meses

CRONOLOGÍA

A las 17:00 de ayer la calle San Martín se convirtió en escenario de una balacera en la que murió Jorge Guzmán Carballo (28), protesista dental, acusado el 9 de marzo de 2007 del asesinato de Álex Arteaga y sentenciado el 24 de abril de 2008 a 18 años de prisión.

17:10, aproximadamente, culminaron los disparos, y la Policía detuvo a Eduardo Arteaga, acusado de la muerte de Guzmán.

17:15 La Policía resguarda la escena del crimen. Se concentran varias unidades, se aglomera la gente y se mantiene cerrada una cuadra de la calle San Martín.

17:50 La Policía termina de levantar las evidencias y reabre la calle. Para entonces, la victima fallece en Emergencias del Viedma y el sospechoso es detenido.

Sentencia de 18 años

El Tribunal de Sentencia III de la Corte de Justicia de Cochabamba condenó a 18 años de prisión en el penal de máxima seguridad de El Abra a Jorge Guzmán Carvalho, acusado de haber dado muerte al abogado Alex Arteaga Cárdenas, el 9 de marzo de 2007 en la calle España a plena luz del día. Sin embargo, por retardación de justicia la sentencia no fue ejecutoriada en la Corte Suprema, por lo que estaba libre desde hace tres meses.

Nunca llegó a El Abra y estuvo dos años preso en San Sebastián. Cuentan que durante ese tiempo fue uno de los presos con más comodidades: tenía una celda doble, financiada presuntamente por su novia, Valeria Daza, hija de un ganadero beniano. Al principio, ella aparecía como la principal implicada en la muerte del joven Arteaga, pero después fue excluida del proceso.

Una de las pruebas más contundentes fue el estudio de balística, que demostró que el imputado disparó contra Arteaga, quien salía de su oficina de la calle España a eso de las 17:30. Guzmán pasaba por esa vía a bordo de un automóvil de lujo 1608-FAE conducido por Valeria Daza, según el expediente del caso.

El padre peregrinaba

Una conductora que se encontraba en el lugar del hecho el 9 de marzo contó que el sospechoso primero insultó al abogado y luego disparó contra él. El proyectil impactó en el ojo derecho del abogado, quien se desplomó en la acera y fue socorrido por los transeúntes. La víctima murió pocos días después a causa de un traumatismo encéfalo craneal.

La defensa del sospechoso intentó probar que el disparo fue fortuito y que formaba parte de una forma de festejo, debido a que Guzmán Carvalho estaba celebrando las vísperas de su cumpleaños y venía de compartir unas bebidas.

Tras el disparo, Guzmán Carvalho continuó con su trayecto en el automóvil hacia la Muyurina. Al llegar a esa zona, tanto Guzmán como sus acompañantes se separaron. Sin embargo, la Policía logró detenerlo por la noche en su domicilio.

Durante los dos años siguientes, el padre de la víctima, un militar retirado, peregrinaba por los juzgados y medios de comunicación buscando que se procese y se condene a Guzmán y a Daza, hasta que ayer tomó la medida extrema.

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