Tarija: Insólito: “EL SUSTO DE VER UN ALMA QUE NOS PERSEGUÍA CURÓ A MI HIJA" - El Policial Bolivia
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Tarija: Insólito: “EL SUSTO DE VER UN ALMA QUE NOS PERSEGUÍA CURÓ A MI HIJA"

Existen varias leyendas e historias sobre personas que vieron alguna vez un alma, sin embargo, entre ellas está la que ocurrió en una comunidad de Tarija, camino a Sella Cercado, a Santusa, quien cuenta con mucha fe y a la vez con miedo, que fue testigo junto a su hija de que un alma les persiguió, pero cuando pasaron por una quebrada la misma ya no paso y dejó que se fueran a su casa.

Aunque ya han pasado 14 años desde que pasó ese suceso, Santusa recuerda como si hubiese ocurrido ayer, y dice que sigue sintiendo ese temor y escalofrío que sintió en ese momento junto a su hija, la que se encontraba enferma pero logró recuperarse.

Su historia es una de las más conocidas de la comunidad, ha contado a varias personas, quienes ya la conocen de memoria, cuando uno va por ese lugar y pregunta por ella y de lo que le sucedió, puesto que todos dan un pequeño testimonio de lo que pasó en ese entonces.

Santusa, madre de cuatro hijos, dos varones y dos mujeres, quien ahora tiene 55 años, relata que hace 14 años, cuando su hija menor tenía tan sólo 6 años, se le apareció un alma, lo que no sabe es si era algo bueno o malo. “Mi hija se encontraba muy enferma, mi esposo se había ido a trabajar y me dejó con mis cuatro hijos, fue entonces que en la mañana mi hija menor comenzó a decir que estaba enferma, no le creí porque no se veía nada, la toqué y no tenía fiebre y por ello continué realizando mis tareas cotidianas de hacer pan casero”.

Agregó que ya en horas de la tarde su hija nuevamente le dijo que no se sentía bien y esta vez sus demás hijos también corroboraron la información, porque cuando querían jugar con ella, la niña no quería indicando que se sentía mal. “Tenía muchas cosas que hacer ese día, no es que sea mala madre, porque antes ya le había dado algo para que le calme su cabeza y su estómago, un calmante, además le hice un matecito, pensé que eso sería suficiente, sin embargo, a eso de las diez de la noche, cuando ya todos estábamos en la casa, mi marido me dijo que le vea y si podía que le lleve a la posta a hacerle ver”.

En ese momento empezó a llover como si se caería el cielo, una lluvia que hacía que las calaminas del techo quisieran salirse y hacer agujeros en la misma, además que la lluvia no parecía que pararía en toda la noche. “Fui a verla a mi hijita, estaba hirviendo en fiebre, no lo pensé dos veces, le dije a mi marido que viera y atendiera a mis demás hijos, envolví con una manta a mi hija y salí a buscar alguna movilidad que me acerque a algún médico, sin embargo, luego de varios minutos de haber caminado vimos a una persona que venía de frente y cuando nos vio comenzó a correr hacia nosotros”.

Al verla más cerca, Santusa empezó a sentir miedo. “Primero pensé que era un maleante, sin embargo, cuando estaba más cerca vi que estaba todo de negro y como si no tuviera rostro, entonces comencé a correr nuevamente hacia mi casa, en la carretera se había creado una quebrada, en realidad la quebrada siempre había pero habían hecho un camino en medio de ella, mi hija se despertó porque estaba durmiendo cuando la llevaba y le puse al suelo para que corriera más rápido y corrimos como nunca. Cuando llegamos a la quebrada que estaba con agua, pasamos y cuando nos dimos la vuelta esa alma no pasó, entonces vimos que con la carretera y la quebrada se hacia como una cruz y le dije a mi hija, ‘las almas no pasan por donde hay una cruz’ y nos fuimos”.

Cuando llegaron a su casa, todos se sorprendieron que hayan vuelto tan rápido y la niña, que estaba con mucha fiebre y vómito, ya estaba sana y sin ningún síntoma de haber estado enferma, entonces contaron lo que les ocurrió. “El susto que tuvimos hizo que mi hija se recupere de su enfermedad, fue como un milagro, esa alma que vimos le hizo bien, nadie sabe qué podía haber pasado o que le podían haber hecho o dicho en el hospital, pero de esa enfermedad se curó”.

Cuenta que ella comenzó a contar a varias personas lo que le había pasado y sus vecinos le decían que cuando eran niños sus mamás que ya no estaban con ellas les contaban varias historias de almas que paraban por esa zona y que en alguna ocasión comenzaban a cantar y nadie sabía quién lo hacía. “Esto es verídico, porque si hubiera sido una persona que nos quería robar o hacer algo más hubiera pasado como si nada la quebrada y lograba su objetivo, pero no lo hizo, ni siquiera tocó el agua”.
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