Santa Cruz: “El secuaz le dijo: ¡matalas! y el pistolero nos disparó” - El Policial Bolivia
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Santa Cruz: “El secuaz le dijo: ¡matalas! y el pistolero nos disparó”


Yarma Fátima Carrillo Saucedo (50) luchó por su vida durante 20 días en la unidad de terapia intensiva y necesitó de otros 12 días para recuperarse en el Hospital Obrero a raíz de las lesiones causadas por dos impactos de bala recibidos en un violento atraco en el que murió su hija, Yarma Alejandra Gutiérrez Carrillo (21).

La sobreviviente recibió un balazo en la espalda, que milagrosamente pasó a milímetros de su columna, pero dañó el hígado y un riñón. El otro proyectil ingresó por la parte posterior del cuello y, de forma asombrosa, esquivó la tráquea y las cuerdas vocales para salir por el lado derecho del mentón.

La mujer vivió para contar su dura experiencia y para asistir ayer a la audiencia de dos supuestos cómplices del asalto ocurrido el 26 de agosto en inmediaciones de la Ucebol, donde los asaltantes la despojaron de Bs 27.000, que poco antes había retirado de un banco.

La chica defendió a su madre

Yarma Fátima y su yerno fueron a la universidad ese día a recoger a Yarma Alejandra porque habían programado ir a almorzar juntos. Yarma Fátima llevaba consigo su bolso con el dinero y en ese instante la interceptó un desconocido armado e intentó arrebatárselo.

La muchacha vio a su madre en apuros y, sin medir consecuencias, se abalanzó contra el delincuente para defender a su progenitora. A la acción se sumó el yerno, que forcejeó con el ladrón en su intento por quitarle el arma, pero no pudieron y finalmente el bandido se apoderó de la cartera.

“El tipo nos dejó tiradas en el piso y se estaba alejando, pero el de la moto le dijo ¡matalas!, y el pistolero volvió y nos disparó en el suelo. Yo estaba de bruces y mi hija abrazándome”, relató la mujer con la voz entrecortada por el despiadado recuerdo.

Yarma Alejandra no tuvo la suerte de su madre, pues un proyectil le perforó la espalda y un pulmón, causándole una hemorragia que le apagó la vida en minutos sin dar tiempo para que los médicos de la clínica Ucebol, situada a unas tres cuadras de donde ocurrió el hecho, la reanimaran.

“De la muerte de mi hija me enteré en ese instante. Mientras nos llevaban a la clínica yo le hablaba y cuando estábamos en el quirófano pedí a los médicos que la atendieran primero a ella. Cuando empezaron a atenderme el médico me dijo: ‘Ya no se pudo hacer nada’. Murió por hemorragia. Ha sido un milagro de Dios que yo viviera, el Señor me ha dejado con algún fin aquí en la tierra”, manifestó Yarma Fátima, que quedó a cargo de la pequeña hija de Yarma Alejandra, que hace poco cumplió un año. Asimismo, dijo ser padre y madre para sus otros dos hijos.

La sobreviviente volverá a su trabajo en una empresa ganadera para mantener a su familia y para saldar algunas deudas asumidas en la recuperación de su salud.

Un rosario de audiencias

Entretanto, los colombianos Luis Eduardo Astudillo Gonzáles (35) y Yeison Osvaldo Veloza Cardozo (23), imputados por los delitos de asesinato en el grado de complicidad, robo agravado y asociación delictuosa, fueron enviados a la cárcel por orden del juez Martín Camacho.

La fiscal Karla Barrón explicó que el autor de los disparos está prófugo. Astudillo y Veloza, junto a otro colombiano, fueron cautelados ayer por la tarde por otro caso y hoy irán ante un juez por un tercer asalto. Luego serán llevados a Cochabamba y La Paz para responder por otros atracos
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