Hallan cuerpo descuartizado de una mujer en 'Los Lotes'
La Policía asegura que los restos son de Marisol Prado Quisbert. Detienen a su pareja Un cráneo, dos muslos y un dorso humano fueron piezas clave para descubrir el macabro asesinato de una comerciante desaparecida.
La mujer a quien la Policía identificó como Marisol Prado Quisbert (29) fue encontrada ayer completamente descuartizada por la zona de Los Lotes. Personal de Homicidios en primera instancia realizó el levantamiento legal de un muslo derecho alertado por los padres de una menor que casualmente se encontró con el macabro episodio al observar que un perro se comía la extremidad por lo que aviso a sus padres.
Por la tarde, cuando el jefe de homicidios, teniente coronel Octavio Gutiérrez, se encontraba armando su diligencia para investigar el caso, una nueva llamada les informó del hallazgo de otro muslo botado en la calle por lo que constataron que a pocos metros del primer hallazgo los vecinos encontraron el segundo muslo.
Entre los testigos y curiosos, una mujer oriunda del interior se acercó a dos policías y les habló en quechua pero estos no entendieron, por lo que el jefe de Homicidios, que entiende el idioma asimiló que la mujer intentaba decirles que del interior de una construcción abandonada salía un olor nauseabundo por lo que se hicieron presentes en el lugar llegando a encontrar el dorso de la mujer envuelta en una bolsa nylon entre basura.
apuñalada y golpeada
El médico forense Rafael Vargas, coincidió que los muslos encontrados esparcidos por la zona encajaban en el dorso de la mujer por lo que no cabe duda que sean de ella. El examen forense también estableció que la víctima fue golpeada y apuñalada en vida antes de ser desmembrada por su agresor.
Vargas asegura que el homicida que había realizado los cortes en la víctima no era profesional porque fue realizado de la pelvis a la rodilla y al parecer quien lo hizo utilizó una especie de sierra para cercenarla por partes.
Una vez recabada la información, la Policía inmediatamente comenzó a movilizarse por la zona manejando la información que desde el pasado lunes la comerciante asesinada se encontraba desaparecida. Incluso su concubino de quien se apunta como el principal sospechoso del cruel asesinato Epifanio Barahona Alvis (32) se presentó en primera instancia a prestar su declaración por la desaparición de su pareja, pero negó saber de ella.
Sin embargo, la Policía a insistencia de la familia volvió a poner su mirada en el concubino hasta que el sospechoso ingresó en contradicciones por lo que quedó aprehendido al declararse autor confeso. Hasta anoche se desconocían las verdaderas causas del crimen, pero se manejaba la información que ambos tuvieron una acalorada discusión.
Centellas hizo lo mismo en 2005
El año 2005, Rubén Omar Centellas Quevedo conmocionó con un caso similar descuartizando a Carmen Rosa Peña Villagómez.
El imputado, que hoy permanece recluido en Palmasola, aceptó la condena de 30 años de cárcel, la máxima sanción que establece el Código Penal boliviano por el brutal asesinato.
Según el informe policial aquel día Centellas se había encontrado con la víctima, con quien mantenía amistad. La llevó a su habitación en un condominio de la calle Nicanor Salvatierra, detrás del Cementerio General, donde consumieron bebidas alcohólicas. La familia sentó la denuncia por desaparición, hasta que recibió llamadas telefónicas de un sujeto que pedía $us 30.000 de rescate.
A los siguientes días el cuerpo despedazado de la mujer fue encontrado botado en la calle.
La mujer a quien la Policía identificó como Marisol Prado Quisbert (29) fue encontrada ayer completamente descuartizada por la zona de Los Lotes. Personal de Homicidios en primera instancia realizó el levantamiento legal de un muslo derecho alertado por los padres de una menor que casualmente se encontró con el macabro episodio al observar que un perro se comía la extremidad por lo que aviso a sus padres.
Por la tarde, cuando el jefe de homicidios, teniente coronel Octavio Gutiérrez, se encontraba armando su diligencia para investigar el caso, una nueva llamada les informó del hallazgo de otro muslo botado en la calle por lo que constataron que a pocos metros del primer hallazgo los vecinos encontraron el segundo muslo.
Entre los testigos y curiosos, una mujer oriunda del interior se acercó a dos policías y les habló en quechua pero estos no entendieron, por lo que el jefe de Homicidios, que entiende el idioma asimiló que la mujer intentaba decirles que del interior de una construcción abandonada salía un olor nauseabundo por lo que se hicieron presentes en el lugar llegando a encontrar el dorso de la mujer envuelta en una bolsa nylon entre basura.
apuñalada y golpeada
El médico forense Rafael Vargas, coincidió que los muslos encontrados esparcidos por la zona encajaban en el dorso de la mujer por lo que no cabe duda que sean de ella. El examen forense también estableció que la víctima fue golpeada y apuñalada en vida antes de ser desmembrada por su agresor.
Vargas asegura que el homicida que había realizado los cortes en la víctima no era profesional porque fue realizado de la pelvis a la rodilla y al parecer quien lo hizo utilizó una especie de sierra para cercenarla por partes.
Una vez recabada la información, la Policía inmediatamente comenzó a movilizarse por la zona manejando la información que desde el pasado lunes la comerciante asesinada se encontraba desaparecida. Incluso su concubino de quien se apunta como el principal sospechoso del cruel asesinato Epifanio Barahona Alvis (32) se presentó en primera instancia a prestar su declaración por la desaparición de su pareja, pero negó saber de ella.
Sin embargo, la Policía a insistencia de la familia volvió a poner su mirada en el concubino hasta que el sospechoso ingresó en contradicciones por lo que quedó aprehendido al declararse autor confeso. Hasta anoche se desconocían las verdaderas causas del crimen, pero se manejaba la información que ambos tuvieron una acalorada discusión.
Centellas hizo lo mismo en 2005
El año 2005, Rubén Omar Centellas Quevedo conmocionó con un caso similar descuartizando a Carmen Rosa Peña Villagómez.
El imputado, que hoy permanece recluido en Palmasola, aceptó la condena de 30 años de cárcel, la máxima sanción que establece el Código Penal boliviano por el brutal asesinato.
Según el informe policial aquel día Centellas se había encontrado con la víctima, con quien mantenía amistad. La llevó a su habitación en un condominio de la calle Nicanor Salvatierra, detrás del Cementerio General, donde consumieron bebidas alcohólicas. La familia sentó la denuncia por desaparición, hasta que recibió llamadas telefónicas de un sujeto que pedía $us 30.000 de rescate.
A los siguientes días el cuerpo despedazado de la mujer fue encontrado botado en la calle.
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