Santa Cruz: Hallan y desbaratan un narcolaboratorio y ocho pistas clandestinas. El recinto tenía capacidad para producir unos 500 kilos
Agentes antidroga incursionaron el miércoles en un laboratorio de cristalización de cocaína de difícil acceso por tierra en proximidades de la localidad de San Germán (municipio de Yapacaní), donde además los uniformados descubrieron ocho pistas clandestinas acondicionadas en lugares planos presumiblemente para el aterrizaje y despegue de narcoavionetas, según fuentes oficiales.
La operación ejecutada por elementos de la Unidad Móvil de Patrullaje Rural (Umopar) y de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcn) fue dada a conocer por las autoridades que la madrugada de ayer llevaron al lugar, por vía aérea, a periodistas y camarógrafos de diferentes medios de prensa.
El helicóptero de los Diablos Rojos empleó una hora para llegar al laboratorio desde la base de San Juan. El sitio tenía más de ocho ambientes bien montados para el reciclado y la mezcla de sustancias químicas, además del secado y prensado del cristalino estupefaciente.
Producción a escala mayor
Santiago Delgadillo y Felipe Cáceres, director de la Felcn y viceministro de Defensa Social, respectivamente, manifestaron que la factoría producía entre 400 y 500 kilos de cocaína por día y que estaba activa hasta poco antes de la toma del recinto, por lo que se presume que los narcoobreros escaparon con anticipación por la espesura del monte.
Dejaron miles de litros de precursores químicos, cierta cantidad de pasta base de cocaína y toda la infraestructura del laboratorio, cuyo costo fue tasado en $us 500.000 por las autoridades.
Delgadillo reveló que los ocupantes de la factoría contaban con cuatro anillos de seguridad para eludir a la Policía en caso de ser descubiertos. El primero funcionaba en la población de San Germán, donde se cree que los ‘campanas’ alertaron, vía telefónica, a sus secuaces en el monte sobre la presencia de los ‘leopardos’.
En el rastreo por los alrededores se detectaron ocho pistas ilegales disimuladas en terrenos para la ganadería y la producción agrícola. Había una a cinco minutos de vuelo del laboratorio intervenido. Un clan familiar, cuyo líder está identificado, era el dueño del laboratorio y de las pistas, informaron Delgadillo y Cáceres
