La Paz: Caso Kushner, la batalla legal se trasladó a las redes sociales
Cientos de personas que acceden a las redes sociales vía internet opinaron, debatieron y dieron su fallo sobre la tragedia que azotó a las familias de Andrea Aramayo y a la de William Kushner, desde el 19 de agosto, en un fenómeno que pocas veces se da en esos espacios.
Por el tipo de lesiones que se hallaron en su cuerpo, la madrugada del 19 de agosto, se presume que Andrea Aramayo fue atropellada y el único sospechoso es su exnovio William Kushner, con el que había discutido minutos antes en la discoteca Mongos de la ciudad de La Paz. En una llanta del carro de él se encontró sangre. Lo que falta definir, científicamente y mediante peritajes técnicos, es si lo hizo intencionalmente o no.
Sin embargo, cientos de personas en las redes sociales se convirtieron en policías, en forenses, en psicólogas. En cuestión de segundos ya investigaron, juzgaron y sentenciaron con 30 años de cárcel a Willian Kuhsner por el delito de feminicidio. Su abogado habló a través de los medios de comunicación y dijo que fue un accidente de tránsito, pero no le creyeron. La primera y la segunda declaración de Kushner ante los medios no ayudaron. La indignación se masificó, la presión social creció y se expresó viralmente pidiendo su detención.
Se elaboraron memes con su fotografía y lo etiquetaron como asesino, cuando aún no se probó que haya planificado matar a Andrea.
Salieron a la luz en el Facebook, las historias de violencia psicológica y laboral que Andrea habría sufrido de parte de su exnovio y jefe. Sus amigas relataron las humillaciones que ella soportó. La red se llenó de comentarios de desprecio que alcanzaron al resto de su familia.
Y entonces surgieron voces, en las mismas redes, que empezaron a defender a los Kushner y a ofender a Andrea, hablando de su vida personal, de su carácter, de si provocó su propia muerte al perseguir a su exnovio. Se vertieron decenas de opiniones que reproducen estereotipos machistas en torno a que “las mujeres no deben salir, no deben ir a fiestas o discotecas y menos en días de semana”, culpabilizando a la víctima de estar muerta.
La batalla no solo es legal entre las dos familias, sino que se hizo virtual y arrastró a miles de internautas que al margen de insultarse, se atacaron hackeándo las páginas de apoyo al uno o al otro.
Las personas que se animaron a expresar que se respete el principio de presunción de inocencia y que no era correcto sentenciar a una persona sin que sean presentadas todas las pruebas en su contra, fueron “lapidadas” en las redes sociales, irrespetando así su derecho a la libre expresión de ideas.
Y entonces un exdiputado publicó en una red social una frase que abrió un debate sobre el feminicidio. El exdiputado se refirió a las feministas como feminazis y dijo que el “feminicidio es una figura (penal) inventada por la demagogia" que "hace creer que la vida de una mujer vale más que la de un hombre".
Le llovieron insultos, pero también seguidores que se preguntaron por qué la figura del homicidio no bastaba para juzgar a varones y a mujeres por igual.
La razón es simple. Antes de la Ley 348, todos los hombres que mataban a sus esposas o parejas eran juzgados por el delito de homicidio en emoción violenta. Ellos justificaban sus crímenes diciendo que “salvaron su honor” y que en un momento de rabia, no midieron consecuencias.
La pena máxima que recibían era de 6 a 8 años de cárcel. Era una ley machista que permitía que la vida de las mujeres valiera menos que la de los hombres, pues si una mujer mataba a uno, ella recibía 30 años de cárcel por asesinato. Por ello, durante varios años se luchó para que una ley pueda equilibrar la balanza y que la vida de una mujer tuviera el mismo valor que la de un hombre. La figura del feminicidio lo logró.
El caso Kushner generó un debate en las redes sobre el feminicidio que ya es un problema de salud pública en Cochabamba y en Bolivia, aunque las autoridades se nieguen a declarar la urgente alerta. Pero ese debate debe ser orientado, encauzado.
El caso también puso en evidencia el desconocimiento del espíritu de la Ley 348 que garantiza a las mujeres una vida libre de violencia. El caso Kushner sacó a luz los prejuicios machistas que perviven en la sociedad, pero también el afán de juzgar al otro, de condenar y ejercer violencia simbólica. La libertad de expresión es un derecho fundamental, pero en el marco del respeto a los derechos de los demás.
Lo positivo del fenómeno
El experto en redes sociales Marcelo Durán señala que el caso Kushner logró un fenómeno que muchos anhelan en las redes: que los usuarios se conviertan en “prosumidores”, vale decir personas que no solo consumen información en las redes, sino que la producen al compartirla, al comentar, al invitar a los amigos a dar su punto de vista. Se vuelven actores, ya sea a favor o en contra.
“No se da todas las veces, hay factores que inciden como la cercanía, el impacto y se ve tantos comentarios sobre el hecho que te sientes interpelado para también asumir una postura, y esta atención a un tema no dura mucho. En este momento está en el centro de la vorágine, pero se irá enfriando cuando surjan otros temas y se reactualizará cuando hayan novedades importantes”, describe Durán.
Sin embargo, mientras la vorágine dura, si los debates se capitalizan positivamente, es posible, por ejemplo, hacer campañas de lucha contra la violencia hacia la mujer o sobre cómo entender lo que es una sana relación de pareja. “Vemos la violencia como un sinónimo de sangre, pero si la visibilizamos desde que alguien nos eleva la voz, aprendemos a detectarla al principio y eso se puede enseñar a través de las redes”.
También se pueden aclarar conceptos, desmitificar ideas preconcebidas, difundir normas que ayuden a comprender mejor los hechos.
19 de agosto de 2015
Es la fecha en la que Andrea Aramayo perdió la vida en un hecho trágico en el que está implicado su exnovio William Kushner Dávalos. Se solicitó los videos de las cámaras, pero, al parecer, no existen.
¿Qué es un feminicidio y quién es un asesino? Lo que dice la ley
El artículo 252 bis del Código Penal señala: “Se sancionará con la pena de 30 años de presidio sin derecho a indulto a quien mate a una mujer en estas circunstancias:
1.- El autor sea o haya sido cónyuge o conviviente de la víctima, esté o haya estado ligado a ésta por una análoga relación de afectividad o intimidad, aun sin convivencia.
2.- Por haberse negado la víctima a establecer con el autor una relación de pareja, enamoramiento, afectividad, o intimidad.
3.- Por estar la víctima en situación de embarazo.
4.- La víctima que se encuentre en una situación o relación de subordinación o dependencia respecto del autor, o tenga con éste una relación de amistad, laboral o de compañerismo.
5.- La víctima se encuentre en una situación de vulnerabilidad.
6.- Cuando con anterioridad al hecho de la muerte, la mujer haya sido víctima de violencia física, psicológica, sexual o económica cometida por el mismo agresor.
7.- Cuando el hecho haya sido precedido por un delito contra la libertad individual o la libertad sexual.
8.- Cuando la muerte sea conexa al delito de trata y tráfico de personas.
9.- Cuando la muerte sea resultado de ritos, desafíos grupales o prácticas culturales.
ASESINATO.- El artículo 252 del Código Penal de Bolivia establece que:
“Será sancionado con la pena de presidio de 30 años, sin derecho a indulto, el que matare: a sus descendientes o cónyuge o conviviente sabiendo que lo son; por motivos fútiles y bajos; con alevosía y ensañamiento; en virtud de precio, dones o promesas; por medio de sustancias venenosas u otras semejantes; para facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados; para vencer la resistencia de la víctima o evitar que el delincuente sea detenido.