Lo matan por violar a su hija
Félix Gerardo Ocampo, de 74 años, asesinado por su hijo de 14 años el fin de semana, en complicidad con dos de sus hermanos, de 38 y 21 años, murió por una causa que hasta ayer no se había conocido: según las investigaciones del Ministerio Público, sus hijos lo mataron por un viejo “resentimiento” familiar, que tiene que ver con otro delito: una violación.
Hasta no hace mucho, según los datos ofrecidos por el fiscal a cargo del caso, Enrique Montaño, Gerardo cumplía una condena en la cárcel San Roque por haber violado a su hija, una menor de edad, según Montaño, quien, por esa misma razón, evitó brindar más detalles sobre la víctima.
El día en que ocurrió el asesinato, y en el que Gerardo y sus tres hijos consumían bebidas alcohólicas –Ron Cuba Libre, en botella descartable–, salió a flote aquel ingrato suceso, y fue esa la causa de la fuerte discusión que se generó minutos antes de que Gerardo fuera asesinado.
Montaño fue contundente al momento de referirse a ese momento. “Los tres hermanos se han puesto de acuerdo (para) darle muerte a su padre”, sentenció, basándose en todos los “elementos de convicción” que pudo recoger. “Se ha consumado un tipo de venganza, que ha culminado con la muerte de su padre”, añadió.
El momento en el que Gerardo fue asesinado, lo relató así una de las testigos que declaró ayer, en la audiencia de medidas cautelares desarrollada en la Corte Superior de Distrito: “El W. alzó una piedra grande y (la) arrojó hacia abajo, y ahí estaba su papá, botado en la quebrada, y la piedra grande le llegó… vi sólo eso y luego me entré a mi casa, con mi mamá”.
Otra de las testigos añadió: “Les dije a los tres chicos (…) ‘¡qué le están haciendo a su papá!’, y uno de ellos dijo ‘¡a vos qué te importa!’, y vi a don Gerardo botado, lleno de sangre, como roncando en el camino. Ya estaba medio muerto, y uno de ellos me dijo ‘¡tú a qué te metes!’”.
A LA CÁRCEL
Dos de los tres hijos de Gerardo, el de 38 y el de 21 años, fueron enviados ayer a la cárcel San Roque, con detención preventiva, luego de que el juez de instrucción Primero en lo Penal, René Conde, concluyera que los imputados son autores con “probabilidad” del hecho y que existe “peligro de fuga y obstaculización”.
La suerte del otro hijo de Gerardo, el de 14 años, se conocerá hoy en otra audiencia, debido a que se trata de un menor de edad y su caso requiere de tratamiento especial. “El menor está sometido a la jurisdicción del Juzgado de la Niñez y Adolescencia, con un procedimiento especial. No podemos revelar su nombre ni su identidad. Sin embargo, él también va a ser sometido a las mismas situaciones, con imputación y con detención preventiva, pero dentro de otro tipo de sistema”, explicó Montaño.
Un último apunte: el hecho se registró entre la 1:00 y las 2:00 del pasado domingo, en Villa Margarita, cerca a un lugar conocido como Antena Colosal, según los datos que aclararon ayer el informe preliminar de fin de semana.
Hasta no hace mucho, según los datos ofrecidos por el fiscal a cargo del caso, Enrique Montaño, Gerardo cumplía una condena en la cárcel San Roque por haber violado a su hija, una menor de edad, según Montaño, quien, por esa misma razón, evitó brindar más detalles sobre la víctima.
El día en que ocurrió el asesinato, y en el que Gerardo y sus tres hijos consumían bebidas alcohólicas –Ron Cuba Libre, en botella descartable–, salió a flote aquel ingrato suceso, y fue esa la causa de la fuerte discusión que se generó minutos antes de que Gerardo fuera asesinado.
Montaño fue contundente al momento de referirse a ese momento. “Los tres hermanos se han puesto de acuerdo (para) darle muerte a su padre”, sentenció, basándose en todos los “elementos de convicción” que pudo recoger. “Se ha consumado un tipo de venganza, que ha culminado con la muerte de su padre”, añadió.
El momento en el que Gerardo fue asesinado, lo relató así una de las testigos que declaró ayer, en la audiencia de medidas cautelares desarrollada en la Corte Superior de Distrito: “El W. alzó una piedra grande y (la) arrojó hacia abajo, y ahí estaba su papá, botado en la quebrada, y la piedra grande le llegó… vi sólo eso y luego me entré a mi casa, con mi mamá”.
Otra de las testigos añadió: “Les dije a los tres chicos (…) ‘¡qué le están haciendo a su papá!’, y uno de ellos dijo ‘¡a vos qué te importa!’, y vi a don Gerardo botado, lleno de sangre, como roncando en el camino. Ya estaba medio muerto, y uno de ellos me dijo ‘¡tú a qué te metes!’”.
A LA CÁRCEL
Dos de los tres hijos de Gerardo, el de 38 y el de 21 años, fueron enviados ayer a la cárcel San Roque, con detención preventiva, luego de que el juez de instrucción Primero en lo Penal, René Conde, concluyera que los imputados son autores con “probabilidad” del hecho y que existe “peligro de fuga y obstaculización”.
La suerte del otro hijo de Gerardo, el de 14 años, se conocerá hoy en otra audiencia, debido a que se trata de un menor de edad y su caso requiere de tratamiento especial. “El menor está sometido a la jurisdicción del Juzgado de la Niñez y Adolescencia, con un procedimiento especial. No podemos revelar su nombre ni su identidad. Sin embargo, él también va a ser sometido a las mismas situaciones, con imputación y con detención preventiva, pero dentro de otro tipo de sistema”, explicó Montaño.
Un último apunte: el hecho se registró entre la 1:00 y las 2:00 del pasado domingo, en Villa Margarita, cerca a un lugar conocido como Antena Colosal, según los datos que aclararon ayer el informe preliminar de fin de semana.
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