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La pieza clave de atraco a peaje murió con signos de tortura


La Policía y la Fiscalía aseguran que David Olorio sufrió muerte súbita, pero el forense contradice esa versión.

El principal sospechoso de atracar el domingo pasado el peaje de la Autopista y de asesinar al suboficial Leonardo Condori, David Olorio Apaza (41), murió ayer con signos de asfixia y tortura cuando era trasladado de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de El Alto a un hospital.

Tanto el director de la FELCC alteña, coronel Israel Vega, como la fiscal Virginia Villegas, quien investiga ese asalto, aseguraron ayer que el cuerpo no presentaba lesiones y que el imputado sufrió una muerte súbita.

Una fuente de Inteligencia dio cuenta ayer de que Olorio poseía información, que no reveló, sobre una banda compuesta por unas 30 personas y que perpetró distintos atracos recientemente, organización en la que se cree que hay participación de policías.

El director departamental de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen de La Paz, coronel Rosalío Álvarez, reveló que el sospechoso era una pieza clave en la investigación, y al ser consultado sobre la posibilidad de que se lo hubiese acallado se limitó a decir: “Espero que no sea así”.

“Estuvimos bien mientras tuvimos al sujeto aprehendido, íbamos a iniciar una investigación, pero lastimosamente con su fallecimiento tenemos una especie de frustración, que nos va a dificultar el trabajo. Es evidente que vamos a tener problemas para el esclarecimiento del caso, porque él era un elemento muy importante para nosotros”.

Después de practicar la autopsia, el médico forense Rubén Soliz negó haber diagnosticado muerte súbita, pues la causa del deceso se determinará por análisis de laboratorio, declaró a El Alteño, al que reveló que “hay signos de asfixia. Puede haberse producido muerte por asfixia, pero el estudio histopatológico nos va a decir si los pulmones estaban congestionados (…) (La asfixia deja) signos externos y esta persona los tenía”.

Olorio fue arrestado el martes a las 10.00 junto con su concubina, Carola Cristina C. J., por este caso. Los dos fueron interrogados y, por la tarde, fueron identificados por sus víctimas y testificaron que dos vehículos secuestrados durante el arresto fueron empleados en el asalto.

Wálter Fernández, abogado del sindicado, dijo que el martes dialogó con su cliente hasta las 18.30 en celdas de la FELCC, a quien dejó en buenas condiciones, pero mostró su indignación porque a las dos horas haya muerto.

El aprehendido falleció alrededor de las 20.30 del martes, cuando era trasladado por efectivos de la FELCC de El Alto a un hospital.

Unas diez horas después de su aprehensión, alrededor de las 20.00, según refirió el coronel Vega, el sospechoso “pidió salir de la celda para hablar con alguien. En ese momento presentó convulsiones y se desplomó. Posteriormente, el personal de servicio procedió a atender al sujeto, que fue trasladado al Hospital Agramont. Lastimosamente se tardó por la trancadera que hay en la Ceja y falleció antes de llegar al nosocomio”.

El cadáver presentaba el ojo derecho amoratado e hinchado, un hematoma en el costado derecho de la cabeza y el hombro, sangre en la boca y lesiones en ambas rodillas y los codos.

Al salir de la sala de autopsias, a pesar de esos signos de tortura, la fiscal Virginia Villegas, quien investiga el atraco, dijo que “se ha determinado que el occiso no ha sufrido ningún tipo de lesiones, ha sido una muerte súbita. Ha sido una cosa imprevista, por lo que se ha decidido hacer una autopsia para determinar la causa de la muerte. Lo único es que fue una muerte súbita”.

Vega coincidió con el diagnóstico de muerte súbita, que atribuyó al forense.

La Fiscal insistió en que ”no existe absolutamente ningún daño ni hematoma externos o internos. El momento en que se desplomó en las celdas, tal vez sufrió un golpe en el rostro, pero se trata de golpes superficiales que no le han causado ningún tipo de lesión interna”, afirmación con la que Vega coincidió plenamente.

Sin embargo, Constancia Céspedes, tía de Olorio, rechazó la versión oficial. “Supongo que lo han matado para hacerlo hablar por ese atraco. Yo supongo que lo han matado, porque no creo que mi sobrino hubiera adolecido de enfermedades ni cosa parecida. Se les ha pasado la mano. Quisiera ahora que haya justicia. Yo voy a hacer que lo revisen desde las uñas de los pies hasta los pelos para saber qué es lo que tenía. Voy a tomar un médico forense particular”.

Cuando la pareja fue atrapada en su domicilio, los investigadores no encontraron dinero ni armas, pero sí hallaron los dos vehículos mencionados.

“Cuando los arrestaron, mi sobrina dice que tenían solamente 25 bolivianos en la casa. No tenían dinero”, aunque admitió que su sobrino, “como él mismo ha declarado, era delincuente, pero él ya se había plantado y tenía un automóvil con el que trabajaba como taxista. Había dejado esa vida”.

Las frases

General Óscar Nina, comandante de la Policía: “Tengo información de que no existió brutalidad en el interrogatorio. ¿Qué significa brutalidad? Es el ejercicio de una fuerza fuera de lo común y tuviera que tener algunos vestigios en el cuerpo y eso no se ha establecido”.

Coronel Rosalío Álvarez, director de la FELCC de La Paz: “Olorio no había prestado todavía declaraciones. Estaba en el proceso de hacer su declaración informativa”. —¿Se puede presumir que lo silenciaron? —“No, espero que no sea así”.

Coronel Israel Vega, director de la FELCC de El Alto: “Estaba realizando un operativo

en la ciudad de La Paz cuando me informaron que el señor David Olorio había sufrido un

ataque cardiaco. Pidió salir de las celdas para hablar con alguien. En ese momento presentó convulsiones y se desplomó”.

Fiscal Virginia Villegas: “Se ha determinado por autopsia que el occiso no ha sufrido ningún tipo de lesiones, ha sido una muerte súbita la que ha tenido, a pesar de la asistencia que se le ha dado. Ha sido una cosa imprevista, ha sorprendido al personal de la FELCC, por lo que se ha decidido hacer una autopsia para determinar la causa de la muerte. Lo único es que fue una muerte súbita”.

Constancia Céspedes, tía de la víctima: “Supongo que lo han matado para hacerlo hablar por este atraco. Yo supongo que lo han matado, porque no creo que mi sobrino hubiera adolecido de enfermedades ni cosa parecida. Se les ha pasado la mano. Quisiera ahora que haya justicia”.

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